domingo, 22 de febrero de 2015

UN DÍA EN LA VIDA DE MI AMIGA FIEL






Es una verdad tan grande y tan hermosa aquella frase, “QUE EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE, ES EL PERRO”, como también es verdad “ES TÚ AMIGA o AMIGO FIEL”.  Realmente como seres humanos a veces no llegamos a comprender como un animalito te cambia la vida, llena ese espacio en tu vida, te acompaña en las situaciones buenas y en las malas, puede pasar días junto a ti, sin que sienta cansancio, te acompaña al pie de tu cama cuando te sientes enfermo o enferma, a cada instante te demuestra el amor incondicional hacia su Amo.



Pinina es todo ello y mucho más, no deja de sorprenderme toda la entrega, me acompaña desde que despierta hasta que se duerme, siempre está pendiente de mis movimientos, es verdaderamente increíble y quiero compartir con ustedes el día junto a ella, mi amiga fiel.



Ahora el relato de su rutina y como es su día, cuando despiertas, cuando comes, cuando haces tus travesurillas o lo que te encanta y sueles hacer muy bien tus genialidades para llamar la atención, y el final del día, cuando ya exhausta se va a dormir.



LAS MAÑANAS DE PININA

En la mañana me despierto entre eso de las cinco, y entre sueños suelo escucharle a Pinina, que empieza a darse su aseo matinal, a veces creo que actúa como una gatita, comienza a lamerse sus patitas una y otra vez, luego se lleva hacia sus ojos o su cara y simula lavarse, esto lo hace como unas dos o tres veces, espera pacientemente en su cama, que vaya amaneciendo, se acerca sigilosamente a mi cama y en su primer intento de despertarme, comienza a dar vueltas y vueltas. 


Cuando mi sueño es ligero, la puedo sentir que empieza con sus patitas a llamar mi atención, si al primer intento no lo consigue, se recuesta en la alfombra y espera hasta que lo consigue pero a medias.



En intento de despertarme, se sube a la cama y empieza a lamer mi rostro, al principio me asustaba puesto que se ponía encima de mí y al abrir los ojos, lo primero que veía era su tierna carita muy cerca de la mía y al menor descuido empezaba a jugar y pedía su primera caricia del día, o me lamía.  En una ocasión comenzó a lamer mi mano, una y otra vez, a veces pienso que lo hace como si fuera ella mismo o uno de sus cachorritos. 



Bueno continuando con su rutina, si al primer intento consigue su objetivo, despertarme, a reglón seguido pide salir a la terraza, cuando empieza a inquietarse y hasta ala las cobijas para que me levante.  Pero mi sueño es más, sobre todo en el mejor sueño, si que se me hace difícil dejar la cama fácilmente, más aún si es de semana. 



Pinina, no para hasta conseguir, es tanta su insistencia, que con su cabecita empieza a indicarme la puerta de salida a la terraza, y mueve su colita como diciéndome gracias por abrirme para que yo salga.  Esta parte de su rutina diaria, me hace recordar la frase que siempre le digo, sólo te falta hablar Pini.



Al salir a la terraza, siento que disfruta del amanecer, al igual que Yo, se queda un buen rato, a cada persona que ve pasar junto a la casa, les ladra.  A veces pienso que es su saludo matinal a aquellas personas que suelen correr por la cuadra, o a los niños saliendo a su escuela.  Después de un rato, vuelve a entrar,  se recuesta nuevamente en la alfombra y espera que Yo, me levante a preparar el desayuno para la familia, y por supuesto  para ella también.



Así que empieza su ejercicio, salta, se desliza por debajo de la cama, vuelve a saltar, ladra que da contento, luego se sube y se baja de la cama, juega un rato con mis pantuflas, una de las cosas preferidas, con mis medias.  Simulo ponerle las medias como guantes, y en su intento de quitárselas empieza a frotarse en su rostro, luego de ello se acerca a la almohada y empieza a escarbar con sus patitas la sábana. 



Nuevamente se baja, da sus saltos de alegría y a ladrar se ha dicho, es mejor que alarma, despierta a toda la familia.  En mi intento de que no perturbe el sueño de los demás, le pido que no ladre, comienzo a acariciarle suavemente sus orejitas, esto le calma y me sigue a la cocina, pues sabe que es hora de desayunar, pongo en su plata su comida, su agua y se tranquiliza por un buen rato.



Cuando el desayuno ya está listo para mi familia, ella se encarga de subir nuevamente y entra primero a mi habitación, le despierta a mi esposo, luego a los niños y baja toda ella presurosa para seguir haciéndome compañía, recostada en la alfombra del comedor principal, junto a la cocina.



El resto de la mañana en su intento de seguirme a la hora de realizar los quehaceres de la casa, su ejercicio va en aumento, baja y sube tantas veces como lo hago Yo.  No exagero si bajo diez veces, ella también lo hace, si subo unas cuántas veces más, igual ella también lo hace.  Su deliciosa compañía hace que me sienta feliz, sobre todo cuando mueve su pequeña colita y de rato en rato me extiende sus patitas, como agradeciendo o diciéndome lo feliz que ella es junto a mí.  Le acaricio y me siento feliz que este junto a mí, acompañándome todas las mañanas, hace que me sienta bien. 


LAS TARDES DE PININA

Pinina es una perrita muy suspicaz, cuando ya sabe que es la hora de preparar un suculento almuerzo, está atenta a cualquiera de mis movimientos, ella sabe que le doy a probar alguna de las delicias que sé que le gusta y presurosa se acerca a comer.  Una vez que ha comido y saciado su sed, se recuesta por un largo rato en su cama, y es tan graciosa su forma de dormir, suele ponerse con sus patitas para arriba, las orejas medio recogidas de forma graciosa, y así permanece un buen rato, sus siestas de la tarde son muy placenteras.



EN UN DÍA DE AQUELLOS

Pinina me ha dado tantas muestras de amor, no le ha importado si hace frío o calor, así llueve, truene o relampaguee ella siempre está a mi lado.  Mi familia a veces no puede creer lo pegada que es a su Ama, deja hasta de comer por estar a mi lado, sobre todo en aquellos momentos en que me siento enferma, deprimida o tan sólo tengo deseos de descansar, ella está ahí, junto a mí.  Su fidelidad, me provoca tanta ternura, que al acariciarle tiernamente tato de trasmitirle, lo mucho que significa para mí y ella también a su manera me hace sentir lo mismo, a cada momento me trasmite su amor, es mi amiga fiel e incondicional.



LA NOCHE LLEGA Y ES HORA DE DESPEDIRSE

A veces quisiera contar cuántas veces sube y baja las escaleras en su intento de seguirme, cuántas veces se priva de ir a comer por esperar a que yo despierte o cuántas horas le ha tocado esperar en el sofá para recibirme.  Ahora mismo, que me encuentro escribiendo esta pequeña historia, está aquí junto a mí y como ya se acerca la hora de la cena, ella está pendiente de recibir también su ración, así que ahí está dando vueltas y vueltas, como esperando el momento propicio de deleitarse con su comida favorita. 



Pinina al final del día, cuando ya está todo en calma y nos disponemos a descansar, sube presurosa a su cama y su predilección es que le peine, se siente amada por todos y como no quererla, si a cada instante hace sus gestos tan simpáticos, se recuesta toda ella muy relajada y se queda dormida, plácidamente, creo en momentos exhausta de su caminata, de su ejercicio diario subir y bajar, o seguirme a todos lados, es como para agotar a cualquiera.



SU DÍA DE BAÑO

Un cierto día me hizo tanta gracia, era su día de baño, así que empecé a poner el agua caliente en su tina, cogí su shampoo, su toalla, su cepillo y como hacía un día muy soleado, quería bañarle en la terraza, cual mi sorpresa que se había escondido y por mas que le llamaba, no quería salir de su escondite; así que para convencerle tuve que llevarle su plato favorito, prometiéndole que le iba a dar, siempre y cuando se dejara bañar.



Mis hijos igual le llamaban, y hasta nos provocaba risa, definitivamente no quería bañarse, así que finalmente me ideé y la le llevé a la terraza para que tomara su baño.  Una vez ahí, se relajó y muy contenta se dejó bañar, luego sabía que tocaba peinarle para que se ponga muy guapa y olorosa.  Cuando ya estaba lista, se sentía toda ella contenta, hasta tal punto que corría de un lado a otro, como que quisiera que mis hijos la vieran, le puse un lacito en su cabecita y con una cara de consentida se fue acercando a mi hija menor y al verla toda esponjosa provocó muchas risas que hasta Yo, le decía pareces una peluchita Pini.



Esta es la rutina de mí querida amiga y fiel como ninguna, espero seguirles compartiendo cada una de sus historias, muy divertidas donde la Protagonista es mí querida Pinina.



Pily

22-02-2015

domingo, 15 de febrero de 2015

EL PRIMER AMOR, EFÍMERO COMO EL VIENTO DE VERANO Y PERDURABLE EN LA MEMORIA

PRIMERA PARTE

Aquella mañana, en los patios del Colegio, todo era algarabía, mis compañeras y compañeros, corrían emocionados a tomar los buses, que les llevaría de regreso a sus casas.  Había concluido el año escolar y era hora de disfrutar de las largas vacaciones y con ellas el deleitarse del verano tan ansiado para muchos y muchas jóvenes que amábamos salir de paseo a las Playas y visitar estos hermosos lugares que la Naturaleza nos brindaba y que a decir verdad son un verdadero Paraíso, su gente, personas de todas las edades disfrutando a plenitud, eso lo mágico y lo que le hacía más atractivo el viaje a la Costa.

David es mi nombre, en ese entonces tenía 18 años, estaba por graduarme y mi anhelo siempre había sido ir a la Costa, a pasar mis largas vacaciones, así que acepté la invitación de mis Abuelos a pasar con ello, estas ansiadas vacaciones.  Esa misma noche preparé las maletas, luego bajé a cenar con mis Padres y compartí con ellos, todo lo que había planeado hacer en mis largas vacaciones. Entre plática y plática, sonó el teléfono, era mi mejor amiga Anny, conversé animadamente con Ella y me despedí queriendo que ya sea el siguiente día.

Entre eso de las 11 de la noche, fui a mi habitación, quería acostarme temprano para salir de madrugada con mis Padres, ya que ellos me llevarían a la casa de mis Abuelos Maternos.

A pocas cuadras de mi casa, vivía Anny, ella tenía 16 años, estaba cursando el cuarto año de Colegio y su familia había decidido viajar a la Costa a visitar a sus viejas amistades y disfrutar del verano.  Anny estudiaba en el mismo colegio al que Yo asistía, y nos habíamos puesto de acuerdo para encontrarnos en la Playa.  Ella ansiosamente había preparado todo el menaje que iba a llevar, sus mejores trajes de baño, camisetas, shorts, zapatillas, etc.  Cenó con sus padres, de pronto se acordó que tenía que llamarme, así que corrió al teléfono que estaba cercano al pasillo que daba al Comedor y muy animadamente me empezó a conversar sus planes para estas vacaciones, igual lo hice Yo, la conversación estaba muy entretenida; pero ya era la hora de despedirnos, teníamos que levantarnos temprano, así que nos despedimos.  Los dos habíamos convenido en reunirnos en la Playa,  tan pronto nos fuera posible.

Las horas resultaron un tanto largas para que llegara el momento de nuestro encuentro, por momentos me imaginaba estar con los amigos, con la familia.  Me imaginaba el momento de nuestro encuentro en la Playa; pero el tráfico en la carretera le impedía a mi Padre manejar rápido, por su seguridad y la nuestra, fuimos relativamente tranquilos, parando para aprovisionarnos de agua y estirar las piernas.  El viaje estaba previsto como en otros años, hacerlo en cuatro horas, pero por la afluencia de gente, este viaje terminamos haciéndolo en el doble de hora.

Finalmente llegaron a su destino las dos familias. Al bajar del carro de mi Padre, presuroso nos dirigimos a saludar con los Abuelos. Anny siguió su camino con sus Padres y Yo me quedé en la villa que estaba al paso y muy cercana a la Playa.

Pero Yo y Anny estábamos inquietos por reunirnos, así que decidimos la hora de nuestro encuentro, qué nos íbamos a imaginar que este encuentro marcaría nuestras vidas para siempre.  Un encuentro que para dos jóvenes, habría de ser la experiencia más excitante y maravillosa que nos puede pasar.

PRIMER DÍA

David, a sus dieciocho años, alto para su edad, de cabello rubio, su piel bronceada que hacía que sus ojos verdes resaltaran, le gustaba ponerse camisetas de colores claros.  Esa mañana decidió ponerse un short blanco, camiseta de color verde, unas zapatillas que combinan con su atuendo y una gorra que iba bien con la época de verano.

Anny, de diecisiete años, de piel morena, de estatura mediana, cabello negro, sus ojos de color azul, para su encuentro con David, decidió ponerse una camiseta del color de sus ojos, azul claro, unos pantalones estilo marinera, zapatillas del color de la camiseta, unas gafas, llevaba puesto un elegante sombrero, muy apropiado de Playa y en su cuello llevaba un simpático pañuelo.

El Abuelo de David se llamaba Josué, su nieto todo apresurado casi sin saludar, le pidió que le prestara su coche, el Abuelo casi sorprendido, le preguntó qué a donde tenía prisa, si acababa de llegar.  David le contestó, debo reunirme con una amiga en la Playa; pero hijo le dice su Padre, no esperas a saludar bien con tus Abuelos, a qué se debe tanta prisa, deja tus maletas y cámbiate de ropa, ponte cómodo.

Padre ayer, antes de viajar hacia acá, quede con Anny de verme en la Playa, tan pronto estuviera de llegada, por favor Abuelo Josué me prestas tu coche.  Su Abuelo como David era su nieto preferido, accedió inmediatamente y le dio las recomendaciones del caso.  Gracias Abuelo, estaré de vuelta para la hora del almuerzo.

Anny, una joven encantadora, cautivó a los amigos de sus Padres, le enseñaron muy amablemente el lugar donde estaba la Playa y su Padre se ofreció a llevarla hasta allá.  Iba toda alegre y ansiosa a encontrarse con su mejor amigo de la Preparatoria, así que sin más ni más se subió al auto y aceptó contenta y gustosa que su Padre la llevara.

David ni bien vio a Anny corrió  su encuentro, saludo con Ella y su Padre.  Anny bajó del auto y se despidió de su Padre, prometiendo llegar así mismo a la hora del almuerzo.  Los dos se quedaron mirando el vehículo alejarse del lugar y caminaron hacia la orilla de la Playa.  El tema de ese momento fue el viaje, el tiempo que había transcurrido y los ansiosos que se encontraban los dos de este momento.

El paisaje de esa mañana y tarde era grandioso, había un sol espectacular y las olas del mar muy tranquilas, invitaba a que uno se sumergiera en sus azules aguas.  Las gaviotas volaban a todo lo largo de la Playa, los Pelicanos en busca de su almuerzo sobrevolaban bajo para su pesca.  Todo lo que nuestros ojos miraron ese día era realmente espectacular, un encuentro maravilloso que quedará grabado en nuestra retina para toda la vida.

Las horas que nos hizo tan rápidas que era el momento de regresar, habíamos prometido a los Abuelos de David, a sus Padres y a mis Padres, llegar a tiempo para el Almuerzo.  Así que David y Yo, nos dispusimos a regresar, no sin antes planificar los siguientes días de nuestra estancia en esta hermosa Playa, en la Zona Costera.
David se reunió ese día con sus Abuelos Maternos y sus Padres, habían preparado por nuestra llegada unos deliciosos mariscos frescos, había jugo y limonada, el plato fuerte estaba acompañado de deliciosos patacones y ensalada.  Me preguntaron cómo me había ido en mi encuentro con mi mejor amiga, les platiqué lo ameno de la mañana y tarde y habíamos quedado en vernos el día de mañana, en el mismo lugar.

Anny entró presurosa a la casa de los amigos de su Padre, pidió disculpas por el retraso, lo importante estaba ya junto a sus Padres y Amigos, se dispuso a almorzar.  Esa tarde fue maravilloso para los dos Amigos, David y Anny el haberse encontrado en la Playa, que para esta chiquilla aún, sentía que no podía esperar hasta mañana para volverse a ver con David.  Así que un tanto cansada por el viaje, la madrugada de ese día, la excitación del encuentro con su amigo, el almuerzo, contribuyó para que se quedara dormida en la hamaca, que estaba junto a la Estancia.

Dormida y un tanto extenuada por el calor, cerca de las ocho de la noche, sus Padres le despertaron para que fuera a cenar y se acostara temprano para que siga con su itinerario de viaje.

David había pasado una maravillosa tarde y noche con su familia, acordándose de los momentos de su infancia, las fotos y los recuerdos venían a su mente, de pronto se acordó de lo simpático que había sido el encontrarse en la Playa con su amiga, planificó cómo iba a ser sus vacaciones junto a ella, en este largo verano.

SEGUNDO DÍA

David como todos los días de verano, acostumbraba a levantarse temprano, ayudaba un poco en las tareas de la casa a su Abuelo Josué, recogía el periódico, la leche que dejaban junto a la puerta de entrada de la villa.  Sus padres se esmeraban en la preparación de un suculento desayuno, mi Abuela Sofía preparaba el jugo con frutas de la zona, bueno todo era movimiento y aprovechábamos al máximo el tiempo, cada momento que disfrutaba con mi familia, era mágico.

A las 10 de la mañana, me despedí de ellos y en esta ocasión cogí la bicicleta que estaba junto a la cochera, me puse mi gorra y me dirigí presuroso a la Playa, a encontrarme con Anny.  El mar estaba espléndido, a lo lejos del camino pude divisar el carro del papá de Anny corrí a darle el encuentro, en esta ocasión habíamos quedado en subirnos en unas canoas y recorrer todo la playa, después teníamos pensado quedarnos acostados en la arena para luego entrar en el agua.

Anny venía caminando hacia mí con su hermosa sonrisa, coqueta, su cabello volaba cual ráfaga de viento, una frescura deliciosa que adornaba esa mañana el paisaje y la naturaleza, por momentos mi corazón palpitaba con toda intensidad y me puse a pensar será acaso una Angelita enviada por Dios.  Anny era la chiquilla más hermosa, los muchachos se paraban para admirar su belleza, yo obviamente me sentía un tanto celoso y a la vez muy engreído.  Nos cogimos de la mano y fuimos en busca de nuestra primera aventura juntos.

Esa mañana ya estaban las pequeñas lanchas y canoas, invitándonos a pasear y disfrutar del encanto del mar, así que sin pensarlo mucho nos subimos, lo primero que hicimos ponernos los chalecos salvavidas, guardamos las cosas que en la travesía podían volarse o perderse y poco a poco nos íbamos adentrando al mar, por momentos sentíamos que nos invadía un poco el miedo; pero en ese momento mas era nuestra emoción y la adrenalina hacía que disfrutáramos mas mucho mas de ese viaje.  La travesía por el mar duró aproximadamente una hora, después nos dirigimos al puerto, para seguir con nuestros planes de esa mañana.

Ya en la playa nos tendimos en la arena, ella me puso un bloqueador y un repelente de insectos, igual lo hice yo.  Anny tímidamente me pidió que le pusiera el bloqueador y nos recostamos en la arena, el sol estaba delicioso y la brisa del mar hacía que no fuera tan agobiante.  Transcurrieron unos minutos, pienso a lo mucho una media hora y nos metimos al gua.  Ella hermosa con su bikini, corría presurosa tratando de romper una ola, cogidos de la mano sentíamos en ese momento como uno sólo.  Nuevamente sentí mi corazón palpitar más de prisa, por momentos sentía el impulso de besarla; pero a la vez tenía miedo de su reacción.

Llegó el momento de despedirnos, sus Padres estaban esperándole para llevarle de regreso a la casa de sus amigos.  Cogí mi bicicleta y me fui a la casa de mis Abuelos, cuando llegué Mamá con su sonrisa pícara, me dijo David ven a tomar un jugo, parece que el sol de la mañana te ha puesto un tanto exhausto.

Fui a mi recámara y lo único que hice es acostarme por un momento en la cama y comencé a pensar en Ella, jamás le había visto como hasta ahora, con una belleza inigualable, cada día me cautivaba mas su presencia y fue así que el resto de la tarde empecé a escribirle unos versos que salía de lo más profundo de mi ser.  Me dije quiero disfrutar a plenitud con Ella, sé que es mi mejor amiga y no quiero estropear el momento, así que voy a dejar que las cosas fluyan por sí solas.

Esa noche nos hablamos y quedamos de reunirnos con amigos y amigas que también estaban de gira por esos lugares, así que sabíamos los dos que lo importante de nuestra coincidencia en la Playa, había que disfrutarlo al máximo.  Al siguiente día Anny me hizo una visita sorpresa, sus Padres tenían que ir a ver a uno amigos que estaban por llegar y quedaba de paso por la casa de mis Abuelos, fue tan emocionante verle, cada día su belleza me iba cautivando, sobre todo su delicadeza, su sonrisa hacía que amara ese momento y quedó grabado en la retina de mi ojo, que jamás pude olvidar su encanto, su belleza angelical.

TERCER DÍA

Anny me había platicado que en esa mañana se despertó más temprano que de costumbre, pues había entrado a su habitación un precioso pajarito, sus canticos le había emocionado, como invitándola a disfrutar por instantes de la hermosa vista desde su habitación.  El sol estaba saliendo y la luna estaba ocultándose entre las nubes, a lo lejos había divisado a sus Amigos, a sus Padres que venían presurosos con algunas canastas, habían salido al Mercado a realizar las compras para el Almuerzo y la Cena.

El Abuelo, de los amigos de mis Padres, estaba en la Estancia, recostado en la Hamaca, esperando ver el precioso amanecer.  Todo ese hermoso paisaje que se alcanzaba a divisar desde mi ventana, era como me invitara a disfrutar de un hermoso día, así lo describía Anny y así lo imaginaba yo.  Cuando me llamó por teléfono, me pidió disculpas pues ella había decidido pasar con sus padres, ya que en  pocas horas más, tenían que regresar a la ciudad.  Le comprendí y le platiqué cuales eran mis planes para ese día.  Así que ahí me tienen, nuevamente en la Playa, con amigos,  entramos a un bar, tomamos unas cuantas cervezas, comimos muchos mariscos creo que fueron demasiados, pues cada uno nos habíamos comido dos bandejas de mariscos, luego para bajar un poco la comida, recorrimos la playa en lancha, hasta que al caer la tarde decidimos que teníamos que ir a los bailes que en esa época, hasta ahora eran comunes en época de verano

Por momentos me olvidé de Anny, de su encantadora compañía y disfrute con mis amigos hasta el amanecer.  Mis padres habían salido a recorrer los lugares de rumba, fue una noche deliciosa, para todos.  Ya nuevamente en la casa de mis Abuelos, me puse a pensar en Ella y me quedé dormido, como ansiando que llegara el momento de volverla a ver a mi preciosa amiga Anny.

CUARTO DÍA
Este día había pensado que era el momento propicio para hacerle conocer otros lugares, así que fuimos en el carro de mi Abuelo a recorrer unas pequeñas barracas en donde vendían a buenos precios algunas de las artesanías propias del lugar y realizadas por Artesanos.  También visitamos algunos de los lugares donde vendían  ropa de verano y otras prendas que seguramente a ella le iban a encantar.  Luego le invité a comer unas deliciosas parrilladas de mariscos, tomamos jugo de naranja, saboreamos cada instante de estar juntos.  Al atardecer tomamos unos deliciosos helados y de pronto sin pensar, seguramente inspirándonos en ese precioso atardecer, nos fuimos acercándonos cada vez más y más y nos dimos un beso.  Ella de manera tímida se separó bruscamente y me dijo muy suave, no quiero perder tu amistad.

Comprendí que para Ella, era muy importante nuestra preciosa amistad que habíamos hecho en el Colegio y también entendí que no estaba preparada para ese momento.  Así que me disculpé por mi osadía y le dejé en la casa de sus amigos.

Esa noche no pude dormir, me puse a pensarle, sentía que era cada vez más fuerte mi atracción hacia ella, que lo único que pensaba era tenerla a mi lado, que fuera mi primer amor.  Cansado por el trajín del día, me quedé dormido y empecé a soñarle, sentía como que era una realidad en mi vida.  Ya en la mañana pensé ahora la veré nuevamente; pero no fue así, Anny había decidido no verme ese día, tenía miedo de que nuestra relación de amigos se perdiera y quería evitar a toda costa un nuevo encuentro que en cualquier momento, podía tornarse en algo más.

DÍAS DESPUÉS

Respeté sus deseos y esperé que cambiara de opinión y me diera la oportunidad de explicarle, de decirle que ya no iba a suceder algo como aquella tarde.  Pasaron los días y me sentía triste por no verla, así que dejando a lado mis temores, decidí buscarla y me dirigí a la casa de sus amigos.  Al llegar a la puerta, nuevamente me invadió un poco el temor de su reacción, así que me quedé viendo el horizonte, tome un poco de aire y toqué a su puerta, salió una señora muy amable, me invito a pasar, de pronto ella descendió por las escaleras y me dijo con una sonrisa, cómo estas querido amigo y nos dimos un beso de saludo, un beso de amigos.

Empezamos a conversar, luego salimos a la Estancia, me agradó mucho estar con ella, nuestra plática fue muy amena, le pedí disculpas por lo sucedido en días anteriores y nos despedimos.  Desde aquel día las cosas fueron cambiando para los dos, salíamos con los amigos; pero sentía en mi interior que Anny ya no era la misma.

Las vacaciones estaban por concluir y había que despedirse de las amistades, de mis Abuelos, hasta el año siguiente.   Anny había hecho lo mismo y tanto los Padres de Ella, como mis Padres habían ido por nosotros y partimos despidiéndonos de las vacaciones espléndidas que pasamos como buenos amigos los dos.

SEGUNDA PARTE

En el primer día de clases del sexto curso del Colegio, me encontré con los compañeros, nos pusimos a platicar sobre nuestras vacaciones, cuando de pronto me atrajo la mirada de Anny, ella al igual que Yo, estaba rodeada de sus compañeras y con una mirada un tanto tímida, era como que me decía disculpa por no haberte aceptado el beso.  Pasaron los días y no volvimos a topar el tema.  Ella y Yo, hacíamos como si nada hubiera pasado entre los dos.  Como era mi año de graduación, tenía que pensar en los estudios, igual Anny era una muchacha muy dedicada y su interés también era terminar sus estudios de quinto año, así que seguíamos siendo buenos amigos.  Nos veíamos de vez en cuando, coincidíamos en una que otra reunión social.

Tal parece que nuestra mente se mantuvo tan ocupada, que había momentos que no tenía tiempo sino para pensar en los exámenes de grado, en los papeles de ingreso a la Universidad, bueno una infinidad de cosas propias del Colegio.

Los maestros se convirtieron en nuestros aliados y cada vez que podían nos daban uno que otro consejo, nos visitaron delegados de algunas universidades y claro ahí estaba Yo, decidiendo a qué Universidad debía ir después de mi graduación.  Anny con sus compañeras habían decidido salir de excursión, antes de finalizar el Quinto Año, así que en mi afán de seguir siendo su mejor amigo, le acolité para que reunieran los fondos necesarios para su viaje.

Los recuerdos que tengo de mi preciosa Anny es el haber compartido muchas vivencias maravillosas en el Colegio, muchas otras en el barrio y más aún el haber compartido con ella las vacaciones.  De pronto llegó el día tan esperado para mi, era el momento de mi graduación, así que me esmeré en todo, en cumplir con mi responsabilidad como estudiante, como hijo.  Mis padres sentían mucho orgullo de esta nueva etapa de mi vida, estaba cercano a cumplir un gran paso en mi vida, había escogido seguir la carrera universitaria en Arquitectura, así que todo estaba listo.

Papá y Mamá habían preparado una gran fiesta por mi graduación, así que ahí me tienen cursando las invitaciones a mis mejores amigos, a mi familia, etc., etc.  Pero lo más importante para mí era la presencia de mi Anny como solía llamarle, fui presuroso a su casa y le entregué a ella y a sus Padres la invitación, me recibieron muy amablemente y hasta me felicitaron con un abrazo muy efusivo,  Anny por su parte estaba muy contenta y me dio un abrazo muy fuerte y por la emoción del momento me robó un beso.  Claro era lo último que Yo esperaba, pero también sé que era mi sueño tan anhelado, sentir sus labios así que Yo correspondí su beso y esa noche nos despedimos sin decirnos nada, sólo que ese beso me había dejado sin aliento, nuevamente sentía que mi corazón latía a mil por hora.  Por primera vez vi que los ojos preciosos de mi Anny brillaban más que de costumbre y hasta se puede decir que sentí el palpitar de su corazón.

Llegó el día de la fiesta, mis Padres en el salón de eventos que habían contratado para esa noche de mi graduación, estaban atentos recibiendo a cada uno de los invitados, Yo por mi parte estaba ansioso de la llegada de Anny, no quería que mis amigos se percataran de mi ansiedad, así que salí por un momento y miré las estrellas, repasaba una y otra vez lo que tenía pensado decirle a Anny.  Así que en mi divagar comencé a hablar en silencio la declaración de amor que le tenía preparado.  Fue así que cuando Anny llegó al lugar, lo primero que hice es darle un abrazo de agradecimiento por estar ahí, junto a mí y le llevé al lugar que habían reservado mis Padres, junto a nuestra mesa.

De rato en rato nuestras miradas se cruzaban, tenía que atender a los amigos, a los primos, después de cenar la orquesta comenzó a tocar las canciones predilectas por nosotros, así que me acerqué donde estaba ella y le pedí que bailara conmigo.  Anny con una sonrisa coqueta me aceptó, bailamos toda la noche sin cansarnos, llegó un momento en que decidimos estar solos, así que salimos al Jardín de aquel lugar y a la luz de la luna, nos volvimos a besar, pero este beso fue más intenso, no podía mi corazón creer lo que estaba sucediendo en esa noche, por fin los dos estábamos dispuestos a darnos la oportunidad de ser novios, de querernos, así que empecé a declararle mi amor.  Esa grandiosa noche de mi graduación, jamás se borrará de mi mente, entramos al salón cogidos de la mano y bailamos el resto de la noche.

PARA TODA LA VIDA

Anny días después de este hermoso acontecimiento me comentó que iba de vacaciones nuevamente a la Playa en compañía de sus Padres y que quería que fuera con ella, así que nuevamente estábamos en aquel lugar en donde por primera vez le había besado; pero esta vez ya éramos novios.  Disfrutamos nuestra estancia en la Playa como nunca antes lo habíamos disfrutado, tanto para ella como para mí era la primera vez que teníamos nuestro primer amor, así que cada amanecer o cada atardecer el mar, las olas, la arena eran testigos de nuestro idilio de amor.  Un amor de verano que por ser el primero iba a ser efímero como el viento pero perdurable en nuestro corazón por toda la eternidad.

Dicen que el primer amor nunca se olvida y es completamente cierto; pero en nuestro caso ese amor que empezó en verano y se fue haciendo realidad al pasar del tiempo de estudiante, fue creciendo cada vez mas.  Los dos decidimos ir a la misma Universidad, lógicamente Yo, estaba en ese momento cursando ya el Tercer Año en Arquitectura y Anny estaba por graduarse del Colegio y decidió estudiar Finanzas.  Concluimos nuestra carrera con éxito y seguíamos en nuestro romance, se nos presentó varias oportunidades de trabajo.  Nuestra vida profesional fue tomando rumbos distintos pero nuestra vida amorosa continuaba ahí, firme y convencidos de nuestro amor.

Un verano nos pusimos de acuerdo en quedarnos en la ciudad y conocer otros lugares, así que empezamos a realizar varios tours por la Serranía, el Oriente y la Costa.  Cierto día que estaba en mi trabajo le platiqué que estaba próximo a realizar un viaje por trabajo y que tenía que ausentarme por algunos días, era la primera vez que nos íbamos a separar, así que decidí proponerle que pasemos la tarde juntos en un Hotel, ella tenía para ese entonces veinte y tres años y Yo estaba por cumplir los veinte y cinco años de edad.

Fuimos a un Hotel en donde nadie nos conocía, primero nos tomamos en la cafetería un delicioso chocolate y con un poco de nervios los dos me pidió que me adelantara a reservar la pieza del hotel y mi preciosa Anny pronto me alcanzaría.  Me dirigí a la Recepción del Hotel y pedí las llaves, llamé al teléfono de mi preciosa Anny y nos dirigimos hacia el piso, al entrar en ella, lo primero que me pido es que cerrara las cortinas de la habitación que daba a un pasillo.  Por cierto el Hotel que había escogido para ese momento grandioso en nuestras vidas, era de un atractivo singular, un tanto antiguo pero fascinante.

La habitación tenía una decoración muy discreta, con muebles antiguos, la cama estaba cubierta de un hermoso edredón y combinaba muy bien con las cortinas de la habitación, la pintura de las paredes era de un color muy suave y las luces tenues que nos permitían ver nuestras siluetas y ahí estábamos los dos, nerviosos, ansiosos por besarnos, por experimentar cómo iba a ser nuestro momento.  Empezamos a besarnos y sentía que mi cuerpo recorría de una sensación hermosa y extraña a la vez, Anny temblaba y también le sentía que su respiración se iba agitando con mis besos, con mis caricias.  Ese día fue el momento más inolvidable de nuestras vidas, nos habíamos entregado el uno al otro, se unieron nuestros sentimientos en uno sólo, su ingenuidad, su entrega me hizo quererla mucho más de lo que mi corazón ya sentía por ella.  Nos amamos una y otra vez, sentí que el tiempo se detuvo por instantes, nos sentíamos en una entrega total.

Esa noche, cuando le dejé en su casa, me dirigí a mi Departamento, ya que para ese entonces vivía con unos amigos y no podía pensar en otra cosa, sino en lo sucedido horas antes con mi Anny, era algo mágico, algo que jamás había sentido por ninguna mujer.  Pienso que ella pensaba lo mismo, esa noche no hablamos por teléfono, habíamos quedado en vernos al día siguiente, antes de mi partida.

Viajé a la mañana siguiente de nuestra despedida y le prometí que le iba a llamar todos los días, así lo hice.  También le escribí algunos poemas, que años más tarde le entregué, cuando decidimos unir nuestras vidas para siempre.

Ahora que ya ha transcurrido casi treinta años de estar juntos, de haber compartido muchos momentos buenos y malos con ella, ahora que nuestros hijos están ya grandes, que incluso ya somos Abuelos, he decidido escribir la historia de nuestra vida juntos.  Como si fuera el principio de aquel Verano inolvidable, en que sin pensar nos dimos el primer beso y que al igual que otras parejas  sólo quedaría en el recuerdo, “EL PRIMER AMOR, EFÍMERO COMO EL VIENTO DE VERANO Y PERDURABLE EN LA MEMORIA”, en algún momento, pensé que se llegaría a esfumar; pero resulta que nuestro idilio de amor fue verdadero, un amor para toda la vida.  Estoy seguro que seguiremos juntos, disfrutando como aquel día en la Playa, en que por vez primera pude besar los labios de mi amada Anny.

FIN

Pily

15-02-2015 

LA SOLEDAD

Estado indescriptible, que en momentos no alcanzó a comprender, mi vida transcurrió posiblemente tan rápido o acaso no me di tiempo siquiera, para pensar en que mi niñez, no iba a durar mucho, que mi adolescencia no iba a ser nada fácil, que en mi vida adulta no sólo era trabajo sino que también debía dedicar tiempo a relacionarme con otras personas.

Ahora que ya soy adulto, mi vida se está acercando aceleradamente a su descenso.  He comprendido aunque muy tarde, que es muy pero muy difícil afrontar la soledad, más aún cuando a pesar de estar rodeado de muchas personas, es imposible no sentir esa soledad, que a ratos lo comparo como la muerte misma.

Mi vida no fue nada fácil, mi niñez fue truncada con la muerte de mi padre, sentía que aquel personaje que amaba me había fallado, sin saber que su partida fue irremediable.  Albergué durante muchos años ese resentimiento, sufría en silencio su partida y fue ahí que al ver a mi Madre y mis Hermanos también con su rostro de pena y desconcierto, como hermano mayor, me tocaba asumir una responsabilidad que Yo mismo sin querer me impuse.

Mi madurez temprana me llevó a cometer tal vez mucho más errores que aciertos, empecé a tomar posturas que a mi corta edad no me correspondía, crecí sin la presencia de un Padre y eso en realidad era lo que más extrañaba de mi vida.  En fin los años transcurrieron demasiado a prisa y ya estaba cercano a mi adolescencia, cuando decidí salir a trabajar, para ayudar a mi familia y seguir con mis planes de estudio, sin embargo ello no fue posible, otra vez mi vida se iba a ver afectada por aquellas cosas del destino y que era un episodio en mi vida, que marcaría por siempre mi existencia.

Los meses de mi reciente empleo, iba todo bien sin contratiempo, había aprendido muy rápidamente el trabajo que me tocaba hacer, me sentía contento de poder ayudar a mi Madre, a mis hermanos, tenía para darme gusto en uno que otro antojo, bueno todo iba de mil maravillas hasta ese día.

Era aproximadamente un Viernes, 17h30 en que acababa de llegar del trabajo a mi casa, como siempre mi Nana, la persona más querida para mi después de mi Madre y Hermanos, era Ella, siempre dispuesta a satisfacer mis gustos, quien cuidaba de mi ropa, se esmeraba por atenderme, más aún cuando me veía llegar un tanto exhausto y con un apetito voraz.  Ese día, me sirvió la merienda, pues tenía bastante hambre y no me resistía de su deliciosa sazón, era una mujer sencilla pero de gran corazón, más que nuestra empleada, mis hermanos y Yo la veíamos como nuestra Abuelita.

Una vez saciado mi apetito, me dirigí hacia la puerta de calle, a encontrarme como todos los días con amigos y vecinos, fue ahí cuando empieza la mayor pesadilla de mi vida.  Era por aquellos años del sesenta cuando unos jóvenes estudiantes en su afán de protesta contra el régimen de turno de esa época, solían salir a hacer sus protestas, recorriendo las calles de la ciudad.

Como les contaba estaba parado frente a la casa y una multitud de jóvenes estudiantes universitarios venían gritando consignas en contra del Gobierno, lógicamente en mis apenas 17 años me llamó mucho la atención y como queriendo ser parte de esta multitudinaria marcha, me fui metiendo entre ellos y continúe hasta llegar a un lugar más alejado de mi casa.

Por momentos sentía que me invadía el miedo, y otros me sentía como un adulto, de pronto un señor con unos años mayor a mí, alcanzó a decirme compañero corramos, nos están siguiendo, efectivamente eran uno señores vestidos de militares, empezó la persecución y Yo, sin saber que hacer le seguí el paso.  Ese día para mí había sido el más grandioso, puesto que me habían pagado mi quincena y cuando llegué a casa lo único que había hecho es cambiarme de chaqueta y ponerme una  prenda brigada, nada más.   Así que por lo menos en esta persecución que éramos objeto las personas que estábamos en la marcha, los militares a toda costa querían alcanzarnos.

Bueno eso sucedió no sólo con la persona que estaba a mi lado, sino con muchos más, sin embargo en nuestro afán de no ser atrapados, corrimos por la zona, era ya obscuro, la noche había llegado y seguíamos corriendo, sin darnos cuenta que nos encontrábamos cercanos a una quebrada.

Cuando desperté no podía recordar lo que me había sucedido, sentía que mi cuerpo estaba totalmente golpeado, en mi cuerpo se había impregnado el frío intenso de la noche, agotado, golpeado, sin fuerza para nada pasaron las horas y cada vez era mayor mi desconcierto ante lo ocurrido.  Tomando valor y fuerza empecé a arrastrarme como tratando de salir a como dé lugar, hasta que por fin empecé a levantarme poco a poco, a lo lejos divisé un pequeño camino, seguramente alguien del sector que transitaba por ahí, me pregunté haría este camino, que está muy cercano al sitio en que me encontraba la.  En mi mente albergué la esperanza que alguna persona, se iba a asomar por ahí y  me diera el encuentro.  Fue así que espere durante muchas horas, llegó la noche y me sentía completamente desolado y mi angustia iba creciendo más y más.

Las horas transcurrieron así y llegó el tercer día, ventajosamente en esa quebrada, pesé a que en las calles de la ciudad, que estaban arriba, bien arriba de la quebrada, se escuchaban carros y gente transitar.  Pensé lógicamente, como queriendo darme ánimo, que si pueden haber personas que bajaran por este sendero, personas que se dedican a minar entre la basura.   Créanme esa era realmente mi única salvación, mi cuerpo se iba debilitando cada vez más, y también se iba esfumando toda la esperanza de salir con vida de ser lugar.

Por otro lado mi familia, sobre todo mi Madre, tíos y parientes en general se habían movilizado para encontrarme, todo intento por hacerlo había sido infructuoso, la foto mía había salido en la televisión, en la prensa, tratando de que alguien que pueda reconocerme dé parte a la Policía.

Las horas aquí abajo, eran interminables, si alguien pudiera escucharme o encontrarme, no soportaba el terrible dolor que mi cuerpo sentía, el frío, el hambre, hasta que al fin logré divisar a un indígena que se iba acercando hacia mí.  Sentía que esta persona lo hacía con mucho miedo, hasta que se llegó a mí y pude levantar mi brazo, pidiéndole ayuda.  No podría creer lo que estaba sucediendo en ese momento y trémulo y angustiado alcancé a pedirle que se acercara, más que mi cuerpo estaba muy golpeado y que me quedaba poca fuerza.  Esta persona incrédula, con su mirada con muchas interrogantes, apresuró su paso y fue en ese momento que sentí un poco de tranquilidad.  El señor me preguntaba si estaba ebrio, o si me habían asaltado, bueno me hizo infinidad de preguntas, lo único que atinaba a decir en ese momento y le repetía una y otra vez, ayuda, ayuda por favor.

Efectivamente el indígena salió todo a prisa del lugar, prometiendo traer ayuda para mi rescate.  Lo único que pensé en ese momento, que Dios me estaba dando una segunda oportunidad y que seguramente mi Padre estaba en ese momento junto a mí, y que la presencia de un ángel envió en mi ayuda a esta persona.  Lo último que recuerdo de este día, que desperté en la cama de un Hospital, habían muchas personas, junto a mí.  Lo primero que vi claramente fue a mi Madre, que entre sollozos y agradeciendo a Dios me miraba con mucho amor, como queriendo abrazarme.

Me sentía abrumado por tantas preguntas, sentía que mi cuerpo estaba muy adormecido, los médicos me habían atendido inmediatamente de mi llegada al Hospital, Mamá contaba que para ella y mis hermanos las horas eran interminables.  Había en las afueras del Hospital, periodistas, en la puerta de la entraba a la habitación, habían colocado a dos policías, que estaban resguardando mi habitación.

Cuando finalmente me habían llevado a la habitación y poco a poco fui despertando de la anestesia, tenía la mitad de mi cuerpo enyesado, el brazo izquierdo igual, mi cabeza también tenía muchos vendajes.  Ese día estaba prohibido de hablar, me tenían con suero, inyecciones para calmar mi dolor y me imagino también estaban hidratando mi cuerpo, puesto que fueron aproximadamente cuatro días que estaba sin comer y había perdido también sangre.

Pasaron las horas y mi Madre con su mirada de angustia, no alcanzaba a comprender lo que me había sucedido, sentía que ella ni siquiera atinaba qué hacer, si era un mal sueño o una pesadilla. Cuenta que cuando vio que me bajaban de la ambulancia que me había llevado al Hospital, estaba totalmente irreconocible, hinchado, con fuertes hematomas en los ojos, como si estuviera con gafas, lastimado e inconsciente. Si no fuera por los familiares y amigos mamá se hubiera desmayado ahí mismo de la tremenda impresión de ver mi estado.

Los días fueron transcurriendo y sentía que poco a poco me iba aliviando, aproximadamente pasé dos meses en atención permanente en el Hospital, pues mi estado era muy delicado, a más de las fracturas que traía en mi cuerpo, lo que más les preocupaba a los médicos era la rotura del parietal, debían controlar al máximo a fin de evitar futuras complicaciones.

Mientras estuve en la clínica, los periodistas querían ingresar a mi habitación, hacerme una serie de preguntas, pero la policía no lo permitía, cuenta mi Madre, que el teléfono de la casa estaba intervenido, que ella y mis hermanos estaban siendo sujetos a investigación.  Que el Gobierno de ese entonces, tenía mucho interés de mi recuperación para luego llevarme a indagatorios, realmente para todos mis seres queridos y para mí era una gran interrogante, no sabíamos lo que estaba sucediendo.

Finalmente una vez estable de cualquier peligro, me permitieron hacer mis primeras declaraciones, y como mi mente había bloqueado algunos malos episodios de ese día, comencé a hacer un esfuerzo sobre humano y les fui narrando mi historia, mi verdad. Días después comprendimos el por qué de la presencia de la prensa, el resguardo policial, la intervención de los teléfonos y la persecución a mi familia.  En ese penoso accidente al cual fui objeto estaban de por medio Militares y Estudiantes Universitarios.

Efectivamente el día que salí de mi hogar en busca de amigos para platicar, y que por desgracia, más pudo mi curiosidad que cualquier otra cosa, sino el seguir a los jóvenes idealistas que venían gritando consignas contra el Gobierno.  Sin saber de quién se trataba, había corrido junto al Presidente de los Universitarios, quien encabezaba la marcha multitudinaria marcha, que dicho sea de paso, invitaban a la gente a que unieran a la protesta.  Protesta que ellos consideraban por demás justa, ya que el Gobierno días antes había decretado fuertes medidas económicas y de represión a todo aquel que quisiera oponerse a tales medidas, amenazando con cárcel y hasta cerrar los centros educativos que fueron contrarios al que el Gobierno y su Presidente.

En esa marcha, en que me involucré sin saber lo que me esperaba, sucedió tan rápido y claro de acuerdo a las investigaciones por sujetos de inteligencia, llegaron a determinar que en la persecución al que fuimos sujetos por parte de militares, seguramente en su intento de no ser apresado, y más bien huir, el Presidente de los Universitarios, me incitó a correr a prisa, y una noche completamente obscura, era muy difícil divisar y caímos metros abajo a la quebrada, lamentablemente esta persona, no tuvo la suerte mía y murió.

Desde aquel momento mi vida se volvió un tanto intranquila, no podía expresarme libremente, sentía que todo el tiempo era sujeto a investigación, sentía que me seguían a todo lado, así pase con esa sensación durante muchos años.  Mi familia sufrió igual situación,   es lo que recordaba, le dije, lo último que recuerdo de ese día es que, espere por un señor que bajo al lugar donde me encontraba y me prometió que iba por ayuda, para sacarme de ahí y que las horas se me hicieron eternas, que me sentía muy débil, parece que me desmayé, puesto que ya no logro recordar nada más.  Lo que si recordaba claramente es que ese día me habían pagado la quincena y que por el afán de salir a prisa de la casa, ni siquiera dejé el dinero en mi habitación, sino que llevaba conmigo el dinero, curiosamente el momento de mi rescate, todo había desaparecido.

Bueno siguiendo con la historia de mi vida, los años han ido transcurriendo y con ello también se iba alejando la mala experiencia de esa etapa de mi vida, sentía que había sido objeto de una pesadilla, que por fin había terminado.  Sin embargo nunca desapareció la gran soledad que experimentaba mi vida, pese a que mi familia estaba cerca, amigos, compañeros de trabajo, etc., faltaba algo y en ese tiempo no lo discernía todavía.

Ahora que soy adulto y mi vida de casado duro tan poco, tuve la oportunidad de traer al mundo a tres hijos, uno de ellos por aquellas cosas de la vida, murió a la edad de 13 años, me quedan mis pequeñas hijas y mi esposa.  La vida seguía mandándome pruebas muy difíciles y es así que después de haber tenido una vida prospera, caí en una recesión absoluta, a tal grado que mi familia tuvo que buscar refugio en la casa de sus Padres y Yo me quedé solo viviendo en una pequeña habitación, en la que a duras pernas entraba una cama y un mueble para mi ropa.

Las noches después de haber tenido un día de trabajo intenso, eras las que me llenaban de mucha melancolía y dolor.  Sentía a momentos una desesperación por tener nuevamente a mi familia de vuelta, me sentía incomprendido por la vida, sentía que las puertas se me habían cerrado por completo.  Mis hermanos menores trataron por todos los medios de sacarme de esa depresión, me ayudaban y ayudaban a mi familia en todo aspecto.  Sin embargo nadie ni Yo mismo pude ayudarme de no caer en esa soledad profunda, que algún momento la compare con el sepulcro de una muerte.

Créanme no les deseo a nadie que pasen por ello, es lo más triste que puede pasar un ser humano, lo importante en la vida es saber reponerse de todas las dificultades y cosas fuertes que la vida nos tiene destinado, pedir al Universo siempre cosas positivas, que nos permita actuar con entereza y no dejarse dominar por el pesimismo.  La soledad es un estado de ánimo que nosotros sin querer nos imponemos en la vida, sin darnos cuenta quizá que estamos cavando nuestra propia tumba.


Anónimo