miércoles, 11 de febrero de 2015

LA VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE SI EXISTE

Te has preguntado que es la vida, yo sí, muchas veces sobre todo en aquellos momentos en que día a día te enfrentas a la muerte o haz presenciado la partida de un ser querido, e incluso de un pariente, o un amigo, o simplemente escuchas las noticias de crónica roja, o lo vez en televisión aquellos programas o películas de guerra, sangrientas, de terror, en donde siempre va a estar la muerte de por medio, y a que viene esto te preguntarás, bueno la vida desde el mismo día de nuestro nacimiento, tiene una estrecha relación con la muerte.

Aquí empieza la historia que te hará reflexionar y sumergirte en un Mundo lleno de incógnitas y que en cada frase, en cada relato te llevará a los más profundo de tu ser y posiblemente comprenderás muchas cosas que seguramente te parecieron extrañas en su momento o tal vez son similares a tus propias experiencias.

En el año de 1965 cuando apenas estaba por cumplir los seis años de edad la pequeña Mery, sin saberlo estaba por vivir la experiencia más increíble de su vida, una de las tantas experiencias que sin saberlo habrían de suceder en sus escasos años de vida, una y otra vez.

La primera experiencia habría de suscitarse en un día Domingo de aquel año, fecha cercana a las festividades de Navidad y Año Nuevo, en donde la gente se esmera por decorar su casa, las personas suelen salir a los centros comerciales y se siente el ajetreo de la época, los divertidos juegos entre hermanos y amistades, el deleite de muchos dulces propios de la fecha y lo más esperado para todo niño los juguetes que poco a poco se van ubicando bajo el árbol de Navidad con sus luces y bombillos engalanando las casas del sector.  

En esa época la familia de Mery acostumbraba reunir a su familia desde tempranas horas para compartir un delicioso desayuno, preparado exclusivamente por su Padre, quien animadamente se esmeraba por preparar una deliciosa tortilla, calentar el pan en el horno de leña, preparar un delicioso jugo de naranja y por supuesto acompañado de una taza de café o chocolate.  

El día transcurría sin ningún contratiempo, al contrario se sentía un ambiente de paz y de armonía, habían transcurrido las horas y su Madre llamaba a sus hijos a que se sentarán a la mesa, para servirse un delicioso plato, que por cierto a todos gustaba, papas a la francesa, ensalada, un delicioso encebollado con tomate y el filete de corvina.  Al Padre no solo que le gustaba sino que se repetía, sus hermanos incluida la pequeña Mery, disfrutaban del almuerzo; pero también se tomaban su tiempo en comer, cuidando de que no se atravesara ninguna espina del delicioso crustáceo.

Sin embargo del cuidado y las palabras de alerta que sus Padres que siempre les hacían a sus hijos, sobre todo a los menores de no llevarse a la boca las espinas propias de la corvina, bastó de un pequeño descuido y en escasos segundos, la vida de Mery parecía desvanecerse, sus Padres y Hermanos sumidos en la plática entretenida y planificando la Noche Buena y Navidad, no se habían percatado que la pequeña se iba poniendo cada vez mas y mas morada, sus ojitos casi al borde de desorbitarse, hasta que por fin uno de sus hermanos mayores, había alcanzado a ver a su hermana y con un grito de angustia y desesperación, Mery Mery que te sucede.

Sus Padres en ese momento sin atinar a qué hacer, sus hermanos menores llorando y angustiados, todo aquel panorama de alegría y bullicio se había esfumado y estaban viviendo momentos de desesperación, ventajosamente el Hospital más cercano a la casa estaba a escasas cuadras y su Padre sin pensar dos veces había cogido a la niña en sus brazos, y corriendo a toda prisa había llegado a la sala de Emergencia, en donde fue atendida.

En los minutos de transición entre la vida y la muerte de la pequeña Mery, había experimentado algo sobrenatural, algo que tan sólo con escucharla narrar años después, provocaba escepticismo, miedo y hasta una que otra burla, sin embargo ella lo narraba con tal precisión que no quedaba duda alguna, por unos segundos o minutos tal vez ella había muerto.

Ese día atentos todos a su narración, sin pestañar siquiera Mery ya en una edad de 14 o 15 años, nos iba contando cada detalle de su experiencia, para todos ustedes podrá ser una locura pero para ella era como el haberla vivido una y otra vez durante algunos momentos de su vida y los más impactante era que coincidía con muchas personas que ya habían vivido lo mismo.

Contaba Mery que en ese día que su Padre le llevó a la sala de Emergencia, seguramente mientras los médicos trataban de traerle de vuelta a la vida, ella la pequeña Mery, estaba atravesando el umbral entre la vida y la muerte, no era ni siquiera su cuerpo el que veía ir por ese túnel de una obscuridad infinita, sino su Alma, sentía que iba flotando como un pequeño globo lleno de helio, sin peso alguno, y se veía volando, como queriendo llegar al final y saber que existía más allá de ese túnel sin fin.  Contaba que a medida que su Alma se iba adentrando en ese agujero, a lo lejos pudo divisar una luz radiante, que le comparaba con una noche de Luna llena en todo su esplendor; pero que en se viaje, que en momentos le parecía eterno, había una fuerza sobre sobrenatural que le atraía hacia esa luz y otra fuerza que quería que regresara.


Sentía en esos momentos que era fuerza de poderes, han transcurrido algunos años y ella había entendido que los médicos en el Hospital donde le llevó su Padre, le habían traído nuevamente de regreso, seguramente con instrumentos de resucitación muy usuales en estos casos.  Desde aquel día la vida de Mery había sido marcada para toda su vida, comenzó a tener varios episodios en su vida que muchos de ellos no tenía explicación o al menos no todos podían comprender o interpretar lo que en su interior estaba sucediendo.



Es así que unos años después, más o menos por la época de Carnaval en el año 1967, un fin de semana se habían reunido en la casa de unos vecinos para jugar con algunos amigos del Barrio, y mis hermanos.  Todo era diversión, corrían, saltaban, se entretenían a su manera, a ratos sin medir el peligro que significaba jugar a las empujadas por ejemplo, es lo que le pasó a esta niña.  Resulta ser que en la terraza de la casa de sus vecinos había un tragaluz que daba al baño de la casa y resultaba muy atractivo para los niños, subirse en ese pequeño muro y  jugar a las empujadas, en un momento de descuido y hasta de mala suerte tal vez, la pequeña Mery, era nuevamente protagonista de otra experiencia paranormal.

Sus amigos sin pretender hacerse daño entre sí habían empujado a Mery y lamentablemente el golpe seco sobre el piso de cemento de la terraza le había provocado caer en una inconsciencia total, a tal grado que cuando sus hermanos y amigos se acercaron para ayudarle, ella no respondía.  Contaba que tal era el susto de todos los niños presente en ese lugar, que sus hermanos corrieron a llamar a sus Padres, para informarles lo que había sucedido con Mery.  Su Padre era nuevamente su Ángel Salvador, así mismo presuroso y subiendo los escalones de dos en dos llega a la terraza y coge a su hija en sus brazos, presuroso le lleva a su casa, hasta que llegue el médico de la familia.

En esos momentos de angustia de los Padres de Mery, de sus hermanos, de sus amigos, Mery cuenta que en la habitación de sus Padres todo estaba oscuro y que de repente alcanzó a ver que el Espejo que estaba casi al frente suyo, empezó a iluminarse con una luz radiante y sentía que su cuerpo se iba adentrando en el.  Contaba la niña que al principio creía que estaba en un sueño profundo y que su mente fantasiosa es la que le llevaba a verse sumergida en un espejo, sin embargo su experiencia fue tan real que lo comparaba con el primer episodio, que su Alma iba adentrando poco a poco en un túnel sin luz y que al final había una luz resplandeciente, esta historia se repitió una y otra vez durante su infancia.

A los doce años de edad Mery tenía la particularidad, después de haber vivido esos sucesos en su niñez, tenía la sensibilidad de presentir la partida de un ser querido, presentía los peligros que acechaban a ella o a su familia, tenía la capacidad de ver sombras que seguramente le querían advertir de algo.  Años más tarde había corroborado la presencia de sus Ángeles, que le habían cuidado en toda su niñez, en su adolescencia en fin toda su vida.  Seguramente para muchas personas esta historia les parecerá una más de aquellas que hablan de lo sobrenatural; pero sólo aquellas personas como Mery que lo han vivido en carne propia saben de lo que es estar entre la vida y la muerte.  Mery desde aquellos episodios siempre llegó a determinar que la vida desde su nacimiento se ha enfrentado cara a cara con la muerte, y que años más tarde, estas maravillosas experiencias, le permitieron vivir su vida a plenitud y sólo cuando llegue el gran final de su partida, nuestra querida Mery podrá decir La Vida más allá de la Muerte si existe.


Pily
11-02-2015

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